
Tras varios días de discusión en el Congreso, el Senado de la República aprobó en su último debate el proyecto de reforma laboral, una de las principales apuestas del presidente Gustavo Petro. La iniciativa, que deberá ser conciliada con la Cámara de Representantes, introduce cambios significativos en la legislación laboral colombiana, entre ellos nuevos recargos por trabajo nocturno, dominical y festivo, así como la formalización de aprendices del SENA.
La aprobación se logró gracias a acuerdos entre diversas bancadas políticas que, a pesar de sus diferencias, cedieron en varios puntos para sacar adelante el articulado. El debate estuvo liderado por la senadora Angélica Lozano (Alianza Verde), el senador John Jairo Roldán (Partido Liberal) y Juan Felipe Lemus (Partido de la U), quienes desempeñaron un papel clave tanto en comisión como en plenaria.
Uno de los artículos más controvertidos fue el que otorga a los aprendices del SENA un contrato laboral con todas las garantías. Mientras sectores empresariales advirtieron sobre el impacto económico de esta medida, desde el Gobierno y el Pacto Histórico se celebró como una victoria en pro de los derechos laborales. “Hoy ganan la clase trabajadora, la justicia social y el trabajo decente”, expresó la senadora Esmeralda Hernández.
También se acordó que la jornada laboral diurna irá hasta las 7:00 p.m., lo que significa que el trabajo posterior a esa hora será considerado nocturno y deberá pagarse con recargo. Este punto responde a una de las propuestas de la consulta popular impulsada por Petro, que según la senadora Lozano, ya no sería necesaria tras lo aprobado en el Congreso.
En cuanto a los recargos por trabajo dominical o festivo, el Congreso definió una implementación progresiva: en 2025 el recargo será del 80 %, en 2026 del 90 %, y para 2027 llegará al 100 %, como lo proponía el Ejecutivo desde un inicio.
El presidente Petro ha insistido en que uno de los pilares de la reforma es evitar la contratación por horas y eliminar las figuras de tercerización que precarizan el trabajo. “El empresariado debe ser estimulado a laboralizar, y desestimulado a tener trabajadores por contratos de servicios, cuando desarrolla funciones misionales”, afirmó.
La etapa de conciliación entre Cámara y Senado será ahora decisiva para determinar cómo quedará finalmente la reforma. El presidente ha pedido al representante Jaime Raúl Salamanca no ceder en las líneas rojas que considera fundamentales para garantizar una transformación profunda del sistema laboral colombiano.